Alfonso Riera

A través de nuestro particular espacio de convocatoria de arte de The Lighting Mind nos topamos esta semana con la producción artística de Alfonso Riera, artista nacido en Murcia en 1993, que, tras su paso por la ciudad de Valencia, reside ahora en Madrid.

Nos cuenta que, de una forma inconsciente, se ha sentido siempre vinculado al arte, pues es algo que desde pequeño ha sido inculcado en su vida de forma natural. Sin saber muy bien qué debía estudiar, encontró en su etapa en Valencia los estudios de Artes Digitales, en los que se matriculó y estuvo tres años, sin llenarle plenamente y sin saber a ciencia cierta si era aquello lo que quería acabar haciendo. Se trasladó entonces a Madrid, donde continuó con aquellos estudios pero en una escuela diferente, la cual, según dice, estaba más enfocada a su visión de futuro.

No existe un motivo concreto para su trabajo ni un elemento exacto de inspiración. No se basa en nada, pero representa cualquier cosa que se cruza por su cabeza. Todos tenemos influencias, dice, pero no tienen por qué estar presentes en ese momento, sino que flotan en la mente para ser activadas en cualquier momento del día. El simple hecho de expresarse es aquel que le impulsa a realizar su trabajo.

Cuando el artista nos habla de técnicas sucede algo similar. No tiene una explicación que aclare lo que hace; quizá tiene debilidad por lo vacío, por la simpleza y por la ligereza en la imagen, que no exista en ella una complejidad en su observación y que no se presenten centenares de motivos en los que fijarse.

La gente buena es el título de su primer trabajo, el cual surgió cuando residía en Valencia. Lo que comenzó siendo un trabajo en vídeo acabó convirtiéndose en una pasión por el fotograma, por lo que pronto recurrió a su cámara fotográfica para sacar el máximo partido a aquel trabajo. Hasta la fecha, la citada serie representa uno de los proyectos más interesantes para el artista, no tanto por la importancia del rostro de la gente capturada por el objetivo, sino por su riqueza moral, hecho por el cual el trabajo tomó forma de manera inmediata y fluida, finalizando en una edición en formato físico de 50 copias.

PBSR, Mirada Introspectiva es otro de los trabajos más característicos en la trayectoria del murciano. Junto a su amigo Pablo Serrano (PBSR) unió fotografía y música en un único y armónico proyecto que representaba e ilustraba los pensamientos del músico, el cual se enlazó con un concierto en el Teatro Circo de Murcia.

Existe mucho más tras este artista, pues, además del trabajo que se muestra en esta publicación, hay toda una faceta individual y colectiva. Mucho nos guardamos de él, pero lo veremos más adelante en futuras ediciones de la revista ATELIER. Por ahora, os dejamos con unas cuantas fotografías suyas. Que lo disfrutéis.