El gran tabú sexual del arte en el Vaticano

El arte del Vaticano está lleno de cuerpos masculinos viriles y musculosos que se entrelazan en una orgía de carnes en su elevación hacia el cielo. La iglesia Católica lleva siglos intentando tapar la verdadera sexualidad de sus maestros pintores que dedicaron su vida artística a representar algunas de las obras mundialmente más conocidas para el Vaticano. En unos días visitaré el Vaticano y la Capilla Sixtina y estoy realmente emocionado por ello, pero no precisamente por mi fervor religioso, sino por encontrarme cara a cara con los maestros del arte y admirar obras como El juicio final y La creación de Adam de Miguel Ángel y poder analizar el tabú que supuso para el Vaticano la creación de estas obras tan aparentemente sexuales. Siempre se ha dicho que Miguel Ángel estaba casado con su arte, pero, ¿realmente sólo pensaba en pintar renunciando así a todo placer sexual? ¿O quizás era un intento por esconder su verdadera sexualidad?

Creo que no estoy especulando al afirmar que Miguel Ángel era gay y es una afirmación con lo que muchos historiadores se han encontrado al estudiar su obra y su vida. Y un historiador del arte italiano afirmó que algunas de las imágenes del Juicio Final de Miguel Ángel, el famoso fresco de la Capilla Sixtina, fueron inspiradas en casas de baños y saunas homosexuales que el artista podría frecuentar. Y es que su colosal obra renacentista, que pintó en cuatro años para adornar el Vaticano, está llena de cuerpos masculinos, viriles y musculosos. Se trata de una representación del día del juicio en la que algunos se elevan hacia el cielo y los pecadores están siendo arrastrados al infierno. Sin embargo, como se puede observar en la obra, aquellos que se elevan al cielo lo hacen en lo que parece una orgía de un montón de chicos atléticos, por no hablar de alguna escena que recuerda al fisting mientras otros miran atentamente. Curioso es que el cielo parece un sueño sexual gay, lleno de hombres juntos y abajo los demonios intentan separarlos y llevárselos al infierno. Pero claro, como dice la Iglesia, aquí no está pasando nada gay… es algo que choca de frente con la pulcra moral cristiana.

Sin título-2Miguel Ángel era gay. Incluso hasta hace poco esto era una afirmación polémica a pesar de la evidencia visual. Pero siglos de prejuicios y tabúes religiosos lo han intentado tapar debido a que el Vaticano contrató, tras la muerte de Miguel Ángel, a otro artista dedicado exclusivamente a tapar los órganos sexuales a todo el que aparecía desnudo.

Por suerte corren otros tiempos y hoy en día hay agencias de viajes dedicadas a tratar el tema sin tapujos y contar la verdad, que no tiene nada de malo. Como la compañía de viajes Quilky.

También en el Vaticano encontramos a Leonardo da Vinci, el genio del Renacimiento por excelencia, un maestro en muchos campos y con una mente privilegiada. No es ningún secreto su amor por los jóvenes de pelo largo rizado y su relación más allá de lo laboral con sus asistentes. Siempre estuvo rodeado de chicos atractivos y se dice que cuando tenía 19 años fue detenido cuando estaba con unos amigos por la brigada antivicio de la Iglesia por sodomía, lo que al parecer traumatizó bastante a este joven Leonardo tremendamente sensible.

No puedo finalizar el post sin hablar del maestro Caravaggio, que fue satirizado en su propia vida como sodomita. Este artista que tanto me gusta y que solía mostrar su cabeza cortada en varias de sus obras tuvo una vida llena de pasajes sombríos y siempre se especuló sobre sus excentricidades sexuales.
Los historiadores de arte afines a la iglesia Católica suelen obviar o negar la verdadera sexualidad de estos artistas a pesar de las evidencias. Caravaggio es probablemente el que crea más polémica y divide dos opiniones diferenciadas sobre su homosexualidad. Los historiadores católicos defienden que su homosexualidad es una invención moderna y rechazan esta hipótesis. La Italia del Renacimiento tenía una aceptación moderna de los gays y muchos artistas de aquella época expresaban su pasión por los cuerpos masculinos y solían dejar evidencia escrita para confirmarlo. Como los cientos de poemas de amor atribuidos a Miguel Ángel, en mayor parte dirigidos a Tommaso Cavalieri, un joven romano del que se enamoró sin ser correspondido. Por su parte Miguel Ángel encontró en la aceptación de su época una forma de proclamar sus sentimientos y a la vez satisfacerlos mediante el arte. En sus poemas se declara abiertamente amante de los hombres así como de los espíritus puros. Sin embargo los más religiosos lo acusaron de llenar la Capilla Sixtina de arte que más bien podría estar en una sauna gay. Después de siglos de negación por parte de la iglesia Católica sobre la sexualidad de estos maestros del arte, actualmente y afortunadamente se muestran los hechos sin pudor ni tabúes. Muchos de ellos eran gays, y el Vaticano debería estar muy orgulloso de ellos.
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Jordi Machi

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