El paisaje en la pintura clásica china

En China la pintura no se concibe como un arte aislado sino que se incluye en el llamado arte del pincel, que engloba poesía, caligrafía y pintura en una única disciplina y en este orden de importancia. La pintura china es generalmente monocroma, ya que se emplea tinta negra sobre papel blanco o crudo. La calidad y el interés no radica en el color, lo importante en la pintura china es el trazo. Ese trazo es el que canaliza la expresión del artista, elemento que está por encima de la representación mimética de la realidad. El pincel es el vehículo de transmisión de la emoción del artista al papel ya que considera una prolongación de su mano. La técnica de la tinta china es parecida a la de la acuarela, igual que esta no permite retoques y exige disciplina y rapidez.

Las pinturas chinas no están pensadas para ser expuestas, sino que se guardan y se miran en la intimidad, sus diferentes formatos determinan el modo de contemplarlas. La manera en que se disfrutan, por ejemplo, las pinturas en los largos rollos de papel es muy interesante y se podría pensar que es un pariente lejano y primitivo del cine ya que, a medida que el rollo se va abriendo de un lado y cerrando del otro, los elementos de la pintura van cambiando, apareciendo y desapareciendo. Una de las características interesantes de las pinturas chinas es la presencia de sellos en mayor o menor cantidad. Cada uno de ellos corresponde al artista y a los diferentes propietarios de la pieza, y representan la vida de la pieza, las manos por las que ha pasado.

Uno de los géneros más bellos e interesantes de la pintura china es el del paisaje. En chino al paisaje lo llaman «shan shui», que traducido literalmente significa «montaña y agua», porque en la naturaleza se armonizan las montañas y el agua, que es precisamente lo que pretende la pintura de paisaje. En este contexto, el buen pintor es el que consigue que el agua se detenga y la montaña fluya. Además la montaña y el agua se unen con nubes o niebla, que son la representación del vacío, elemento de gran importancia en el arte chino, no sólo en la pintura. Su importancia radica en lo que puede ser y no en lo que es; en el vacío todo cabe y todo es posible.

La pintura de paisaje comenzó siendo un fondo para los relatos y poemas, pero durante la Dinastía Tang (618-907) comienza a desarrollarse con entidad propia. Wu Daozi (680-760) y Wang Wei (701-761) fueron los dos pintores más importantes de la Dinastía Tang, pero de ninguno de los dos se conservan obras originales, sólo copias de dudosa procedencia. Wang Wei fue poeta, pintor y además escribió una importante obra sobre la pintura de paisaje en la que plasmó su intención de conseguir, a través de la pintura, una atmósfera real y una composición equilibrada. Wang Wei realzó el género del paisaje, recreaba las texturas por medio de la aguada y los golpes de pincel. Su obra pictórica más famosa es “La cascada”, muestra una naturaleza expresionista con tendencia a la abstracción y poco detalle, características que poco a poco se van introduciendo y que se desarrollarán más adelante.

 

"La cascada" de Wang Wei

“La cascada” de Wang Wei.

 

Posteriormente, durante la Dinastía Song (960-1279) se produce la época de esplendor de la pintura de paisaje y la pintura pasa a tener la misma consideración que la poesía. Durante esta etapa destacaron sobre todo tres pintores: Fan Guan (X-1020), Ma Yuan (1160-1225) y Guo Xi (1020-1090). Fan Guan vivió toda su vida en las montañas, libre y solitario, fue considerado el maestro de las montañas por la genialidad con la que captó su esencia. A través de la simplicidad en la composición consigue un efecto sobrecogedor. Su espléndido rollo vertical de más de dos metros de altura llamado “Viajeros en medio de las montañas y corrientes de agua” recoge su visión del hombre y la naturaleza, las figuras humanas se pierden en la inmensidad de una naturaleza monumental y estática.

 

“Viajeros en medio de las montañas y corrientes de agua”, Fan Guan.

“Viajeros en medio de las montañas y corrientes de agua”, Fan Guan. Y detalle.

 

Ma Yuan eligió formatos más pequeños en los que recreó paisajes serenos y apacibles huyendo de las grandes panorámicas. Le caracterizó ante todo la simplicidad de sus composiciones, con delicadas aguadas y pinceladas finas, creaba espacios en los que el vacío tenía una importante presencia. En su obra “Paseando por el sendero de la montaña en primavera” el hombre contempla la naturaleza como fuente de inspiración.

 

"Paseando por el sendero de la montaña en primavera", Ma Yuan.

“Paseando por el sendero de la montaña en primavera”, Ma Yuan.

 

Guo Xi ejercía una observación directa de la naturaleza y de los cambios que esta experimentaba con el paso de las estaciones y los fenómenos meteorológicos, captó el constante fluir de la naturaleza y su influencia en el espíritu humano. Su obra maestra es “Comienzos de la primavera” que además es la única que nos ha llegado de él. En ella recrea el renacimiento que sigue al reposo del invierno, el fluir de la naturaleza, la presencia tímida del hombre que disfruta de un universo en continua mutación.

 

"Comienzos de la primavera", Guo Xi.

“Comienzos de la primavera”, Guo Xi.

 

Tanto si son pinturas de gran formato con imágenes naturales monumentales y grandiosas como si son pequeños trozos de papel con unos pocos y simples trazos de tinta, poseen una belleza extraordinaria. Nos transportan a una naturaleza salvaje e indómita, que aunque cada vez vivamos más alejados de ella, nos impresiona en lo más profundo del espíritu al contemplarla.

 

Lucía Ramos Martín
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2 comentarios
  1. Franco
    Franco Dice:

    Estar frente a una pintura China, es estar imbuido en la naturaleza, la intimidad y la contemplación. En la quietud evoca paz y grandeza. Saber además que una pintura fue retocada siglos más tarde por otros artistas y así sucesivamente, es algo que rompe el esquema del arte occidental.
    Gracias por tu gran aporte.

  2. Miguel Ponce
    Miguel Ponce Dice:

    Lucía,
    me ha encantado tu artículo.
    En Xian encontré un chino que usaba el dedo como pincel…¡Espectacular su maestría!
    Los tibetanos aportan el complemento con su intrincada y ordenada geometría (mandalas)
    Muchas Gracias.
    Un saludo, Lucía

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