Kandinsky, una revelación que cambiaría la historia del arte

Una gran exposición retrospectiva que homenajea al maestro pionero del arte abstracto que podrás ver en Madrid en CentroCentro Cibeles a partir del día 20 de Octubre de 2015 y que promete convertirse en uno de los acontecimientos del año. Son unas 100 obras maestras entre lienzos, acuarelas y grabados, dispuestas en 8 salas y casi todas procedentes de la colección del Centre Pompidou que recorren todas las etapas de la vida artística entre Rusia, Francia y Alemania de posiblemente uno de los artistas más reconocidos de la historia.

El gran Kandinsky. Sorprendente es, sin duda, la profesionalidad, seriedad y delicadez con la que Wassily Kandinsky evolucionó a partir de la pintura figurativa hacia el arte abstracto. Y lo hizo mejor que nadie, consiguiendo una enorme autoridad en su obra. Sus abstracciones son fruto de intensas reflexiones espirituales y profundas verdades que hablan directamente a nuestros sentidos y a nuestra alma.

Nació en 1866 y se crió en Moscú, Rusia, donde se enfrentaban fuertemente por entonces la modernidad y el pensamiento nihilista. Vivió en el extranjero la mitad de su vida, en ciudades como Munich y Paris; aprendió de maestros como Picasso o Matisse; absorbió movimientos artísticos como el art nouveau, el suprematismo, el fauvismo y el expresionismo. Los pilares tradicionales de Rusia estaban en crisis y la iglesia y el alma se quebraban, pero al mismo tiempo la esperanza llegaba desde el este con nuevas ideas espirituales para luchar contra el arte materialista; un arte, según Kandinsky, codicioso, vanidoso y sin rumbo alguno. Wassily creía profundamente que el arte debía alimentar el espíritu y revelar el alma, la verdad interna. La respuesta de Kandinsky a este arte liviano fue la abstracción. Aunque no toda la pintura de Kandinsky fue abstracción. En sus primeras pinturas, el expresionismo radiaba en sus cuadros con colores brillantes con los que representaba paisajes y pueblos que se acercaban poco a poco a la abstracción en su uso del color. Una innovación heredada de los fauvistas franceses, que fue aplicada fácilmente por los expresionistas alemanes y que acabaría desembocando en la abstracción del siglo XX. En la primera década de ese siglo, París estaba lleno de artistas desbordantes de creatividad. Era el centro indiscutible del mundo del arte con importantes retrospectivas de Gauguin, Van Gogh y Cézanne, mientras que la revolución modernista estaba en plena ebullición con una nueva generación de jóvenes entre los que destacaban Picasso, Matisse, Braque y Derain. Sin embargo, el nombre de Kandinsky no aparecía por ningún lado.

Dicen que una noche Kandinsky entró en su estudio y se quedó fascinado al ver una de sus propias pinturas expresionistas entornada del revés. Anonadado, le pareció de extraordinaria belleza lo que estaba frente a él, no había nada reconocible en ella, pero la obra poseía una abrumadora fuerza. Fue entonces cuando una explosión de ideas le vinieron a la mente y se percató del potencial y el poder de la abstracción. Esta revelación cambiaría la historia del arte para siempre.

 

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Estudio de color. Cuadrados con círculos concéntricos, Wassily Kandinsky.

 

Hasta aquellos tiempos, el arte siempre había estado muy cercano a la realidad, pero Kandinsky fue el primero en perder el miedo y adentrarse en una pintura que revolucionaría y provocaría rechazo a muchos. En la mente de Kandinsky brotaban dilemas acerca de la función de la pintura y de la pureza de los colores, de los universos imaginarios, matemáticos, geométricos, fractales y sinfónicos. Y como música para nuestros oídos, las sublimes obras abstractas de Kandinsky nos suenan directamente a nuestras emociones, como una constelación de signos en un orden caótico que aprieta nuestra mente y evoca una verdad oculta en ella. Kandinsky, que emigró de Rusia a la Bauhaus de Weimar, Alemania, y posteriormente a Francia, vivía en un piso junto al río en Neuilly-sur-Seine a las afueras de París donde pasó su vida artística en busca de la expresión de la emoción interna, explorando sin cesar las posibilidades del color y la forma. Estaba fascinado por la música y desarrolló una estrecha amistad con el compositor Arthur Schoenberg, aunque él siempre rechazó la idea de que estaba pintando música, opinando que era algo imposible e inalcanzable.

Wassily Kandinsky hacía algo más que pintar, construía mundos sinfónicos en vigorosa calma a partir de su mente. Conocedor de las estructuras de todo lo que nos rodea, siempre estuvo conectado a las matemáticas y a la física cuántica. No se puede decir que sea precisamente un artista fácil de entender en toda su complejidad.

Por muy en desacuerdo que alguien pueda estar acerca de sus creencias espirituales, el verdadero hecho es que su arte es puramente abstracto y, a la vez, paradójicamente ligado a la naturaleza y al universo. Wassily Kandinski jamás dejó de trabajar hasta su muerte el 13 de diciembre de 1944, en Francia. Fue y será siempre uno de los artistas más influyentes y el padre del expresionismo abstracto artístico y teórico.

 

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Círculos en un círculo, 1923. Vassily Kandinsky

 

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Movimiento, 1935. Vassily Kandinsky

 

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Composición no.7. Vassily Kandinsky

 

Jordi Machi

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