Mercado online de obras de arte
Hoy en día, la venta de obras artísticas en internet ha permitido no sólo un mayor acercamiento de los ciudadanos al mundo del arte, sino que, además, Internet y las nuevas tecnologías se configuran como un sistema unitario que brinda a los artistas que no están representados por una galería o marchante de arte la posibilidad de promocionar, difundir y vender ellos mismos sus propias creaciones artísticas. Es un sistema que conlleva aparejado además una reducción considerable de costes económicos.
La compra y venta de obras de arte a través de internet está tan generalizada que no sólo hacen uso de él los propios artistas, sino también los profesionales tradicionales del mercado del arte tales como galerías, marchantes y casas de subastas.
Sin embargo, este canal de compraventa presenta una diferencia fundamental con respecto a otros canales de compraventa de arte, y esa diferencia radica en el “pago del precio”: en internet el pago del precio no se efectúa al mismo tiempo que la entrega de la obra artística, sino que primero se paga y posteriormente se entrega la obra, por no estar al mismo tiempo y en el mismo lugar el comprador y el vendedor.
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El comprador que decide comprar una obra por este sistema presume la buena fe del vendedor pero no existe, sin embargo, la confianza entre ellas, pues ambas partes no se conocen de nada.
¿En qué momento podemos considerar perfeccionada la compraventa en este sistema? Para encontrar la respuesta hemos de remitirnos al artículo 1450 del Código Civil que dispone que “la venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria para ambos, si hubieren convenido en la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la una ni el otro se hayan entregado”. Por tanto, basta con el mero acuerdo entre vendedor y comprador en la obra que va a ser vendida y en el precio que se va a pagar por ella, no siendo necesaria la entrega.
Si contrastamos la compraventa de arte en internet con otro sistema tradicional de venta como, por ejemplo, el llevado a cabo por las galerías de arte, encontramos estas diferencias notables:
- A las galerías se desplaza el comprador mientras que en internet se desplaza la obra artística pero no el comprador.
- En las galerías de arte se produce generalmente al mismo tiempo el pago del precio y la entrega de la obra, mientras que en el sistema de venta online el pago y la entrega tienen lugar de manera diferida.
- En las galerías de arte el pago normalmente se efectúa en efectivo o mediante tarjeta de crédito, mientras que en el sistema online el pago no se hace en efectivo sino mediante transferencia bancaria, contra reembolso o tarjeta de crédito.
- En las galerías de arte el precio es el indicado o, en su caso, puede llevar una rebaja. Sin embargo, en el sistema online el precio es el indicado, puede llevar igualmente una rebaja pero además conlleva unos gastos adicionales que son los “gastos de envío” y que se generan porque no se entrega personalmente el producto por el vendedor sino por una empresa o tercer intermediario que también interviene en el proceso de la venta.
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Estos gastos de envío encarecen en muchos casos el precio final de la obra, y más aún cuando la compra online se realiza en el extranjero.
Así, por ejemplo, supongamos que compramos una obra de arte a una artista residente en Santiago de Chile. Le realizamos una consulta sobre una obra que tiene un precio de 20 euros y nos indica que necesita saber, para el cálculo del precio total neto, el país al que se ha de enviar y si ha de ser por correo normal o express.
Tras indicarle que el país es España, nos indica que los gastos son los siguientes:
- El envío por correo express que se demora 4 días cuesta 33 euros. El precio final sería 53 euros.
- El envío por correo normal que se demora entre 20 días y un mes cuesta 12 euros. El precio final sería 32 euros.
Observamos los siguientes puntos en esta operación:
- No hay una posición igualitaria entre las partes, pues predomina la posición del vendedor en cuanto que es él el que marca las directrices de la operación.
- La entrega del producto y el pago no se producen en el mismo momento, pues el vendedor paga el precio y la entrega de la obra se demora varios días, pudiendo llegar incluso a un mes.
- El precio de la obra se encarece de manera considerable llegando en este caso a ser los gastos de envío más caros que el precio de la obra, estimada en 20 euros.
- Los riesgos de engaño y fraude son notables y difícilmente perseguibles por tratarse de un tercer país y que por la cuantía podemos dejar impunes por estimarlos insignificantes con respecto a los gastos que podría conllevar su persecución policial y judicial.
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Es criterio de cada cual elegir el sistema de compraventa que más le interesa en cada caso, debiendo valorar todos los factores que hemos citado anteriormente. Así, por ejemplo, la primera compra puede no ser rentable para el vendedor pero sí podrían serlo las sucesivas, por tratarse de un buen coleccionista que podría llegar a adquirir más obra nuestra en un futuro. Por ello, es muy importante investigar quién es el posible comprador.
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