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Ejemplo de Pensamiento Lateral

Esto no es una pipa: el pensamiento creativo a través del arte

Parte de mi formación publicitaria la realicé en Barcelona, en la Universitat Autónoma de Barcelona. Ahí fue donde tuve la fortuna de que un director creativo de renombre me diese clases, y justamente fue él quien me introdujo a las técnicas creativas.

Un día dio inicio a una de las clases con una imagen del artista surrealista belga René Magritte. El cuadro pertenecía a la serie cuadros titulada “La traición de las imágenes”; era su famoso cuadro de “Ceci n’est pas une pipe” (Esto no es una pipa).

Y empezó el debate:

  • ¿Qué ven ahí? Y para los que no entiendan francés, eso no es una pipa.

Quince alumnos, todos invadidos por ignorancia artística y estrechos de mente, empezamos a divagar y a dar respuestas al azar, tratando de decir algo que tuviera coherencia.

  • ¡Es una analogía sobre la muerte!
  • ¡Una montaña dada la vuelta!
  • Alguno con pensamientos al estilo de Antoine de Saint-Exupéry dijo: ¡una serpiente que se tragó un barril!

Pasaron unos diez minutos de respuestas creativas llevadas al extremo del ridículo, hasta que el profesor nos dijo (ya cansado y de mal humor de que ninguno de sus alumnos diese con la respuesta):

  • ¿De verdad me están diciendo todo esto?, supuestamente estoy con un grupo de gente que ve más allá y son publicistas, que saben de arte y que viven de la retórica. La respuesta es mucho más evidente y fácil de lo que ven sus mentes. Esto no es una pipa, es pensamiento lateral.

 

Ejemplo de Pensamiento Lateral

“Ceci n’est pas une pipe” de René Magritte.

 

Nos dejó con la mirada clavada en el cuadro y nos dijo que nos vayamos a fumar un cigarro y volviésemos en diez minutos.

El pensamiento lateral es un método utilizado y desarrollado por Edward de Bono en su libro “New Think: The Use of Lateral Thinking”, en el cual propone resolver problemas utilizando enfoques y algoritmos poco usuales, descartando todo tipo de respuestas que sigan un patrón de lógica ordinaria que nos limite a ver únicamente lo habitual o normal.

Este método creativo funciona moviéndose a los lados de la respuesta obvia, para así poder ver diferentes perspectivas y posibles respuestas válidas, que estén, a pesar de su punto de vista alternativo, completamente aceptadas como verdaderas, pero a diferencia de las respuestas conservadoras, estas respuestas contienen argumentos cargados de creatividad e imaginación.

 

Caricatura satirica sobre "Esto no es una pipa"

Sátira del Cuadro de Magritte

 

Para poder llegar a estas respuestas alternativas, hay que seguir una metodología que contiene cuatro elementos clave, que nos permitirán desarrollar de forma correcta el pensamiento lateral:

Comprobación de suposiciones: Utilizando el pensamiento vertical o lógico, estamos limitando nuestras posibles respuestas alternativas, enfocándonos en respuestas lógicas pero que probablemente no nos sean útiles. Manteniendo un pensamiento más amplio se evitará caer en lo vertical. La clave es mantener la “mente abierta”.

Formular las preguntas correctas: Este paso es el más importante dentro del método, ya que para poder resolver el problema hay que saber hacer las preguntas que nos iluminen el pensamiento. Se parte de lo general para enmarcar el problema, con los datos generales obtenidos afinamos las preguntas en específicas, llevando a juicio las hipótesis obvias, hasta llegar a una visión alternativa dando por válida nuestra respuesta no convencional.

Creatividad: Esta herramienta es imprescindible a la hora de utilizar el método del pensamiento lateral. Estamos acostumbrados a ver siempre los problemas desde un enfoque tradicional, que no siempre nos conduce a la respuesta deseada. Utilizando la imaginación y viendo los problemas desde una perspectiva diferente nos conducirá a encontrar un abanico más amplio de respuestas.

Pensamiento lógico: Para hacer un uso correcto del pensamiento lateral, primero hay que dominar el análisis lógico, la deducción y debe imperar el razonamiento de las situaciones, ya que sin este proceso mental las ideas laterales serían un conjunto de pensamientos carentes de sentido y excéntricos.

Para llegar a resolver problemas con el pensamiento lateral existen varias técnicas conocidas como provocaciones, que al igual que una bestia, la creatividad necesita muchas veces de un pequeño empujón que la haga estallar. Al existir patrones de pensamiento conservador, damos por hecho algunas cosas, nos encasillamos en las respuestas tradicionales, son como son y punto, al no utilizar análisis creativo nos condicionamos a no salir de estos procesos estériles.

Estas provocaciones nos impulsan a romper con estos esquemas mentales y así poder encontrar nuestra respuesta creativa. Algunas de las provocaciones más conocidas son:  analogías, respuestas idóneas, palabra al azar, piedra en el camino, Método de Inversión, etc. En un siguiente artículo me extenderé y hablaré más detalladamente de estas técnicas, ya que merece la pena dedicarles tiempo.

Sabiendo todo esto, es mucho más fácil decir lo que Magritte nos quiere comunicar con su cuadro de la pipa que no es pipa. Mira de nuevo el cuadro, aplica el pensamiento lateral y podrás dar una respuesta acertada saliendo de los esquemas tradicionales y escapando de la excentricidad.

¡No es una pipa… es el dibujo de una pipa!

El arte es largo, la vida es corta

Definir el arte es, cuanto menos, una tarea que conlleva una especial dificultad. No lo haré, sigo cuerdo, aunque no sería ni el primero ni el último en intentarlo, ni sería mi conclusión más o menos válida que cualquier otra. En comparación, la vida es más sencilla, pues existe de forma inherente para todos, aunque con evidentes matices. Unir ambos conceptos, hacerlos convivir bajo el mismo techo, desemboca en la gestación de uno de los mayores escándalos de la historia del arte. El nacimiento del artista y la búsqueda del entendimiento de la vida (la suya propia) a través del vasto campo artístico ha sido y es un tema considerablemente peliagudo. Una guerra individual que cada cual libra a su modo.

La frase que da título a este escrito no es mía. Su patente (del latín Ars longa, vita brevis) pertenece a ese hombre conocido como Hipócrates, autoridad con la cual no quisiera entrar hoy en disputa, por lo que defenderé el valor de sus palabras. Su significado es sencillo: una vida es demasiado escueta como para llegar al final de tan largo trecho. Una frase tan directa y llena de significado no puede sucumbir al tiempo; si acaso puede llenarse de polvo, pero basta citarla para sacarle brillo a un tema histórico que se arrastra y llega intacto hasta hoy. El artista que lucha es aquel que está más vivo que nunca. Y el que lucha, aunque no disfrute del camino, al menos lo vive. Ya es algo.

Ese es el tema que nos atañe en este preciso instante. En un tiempo en que el arte parece no tener cabida, desplazado a la esquina del ocio y el divertimento y cuyo olor, para muchos, remite a la comida rápida (sírvemelo pronto y dámelo barato), el arte y el artista florecen como una de las fuerzas más resistentes. Quiero incitar a la reflexión, y cada uno es libre de hacerlo a su manera, acerca de lo que el arte dice y hace. Cabe destacar que no hablo únicamente de arte plástico (es creencia popular que los límites del arte vienen marcados por las técnicas manuales), pues el arte reside en el sonido, en la melodía, en la imagen que evoca un sentimiento o produce una reacción, en la reivindicación, en el movimiento corporal que transmite un mensaje, en la danza, en la interpretación, en la viñeta, en la chistera, en los dibujos que cuentan historias en fotogramas, en el boceto, en el haz de luz que traspasa la lente, en la explosión de color o en la ausencia del mismo, en la palabra. En el todo. En la nada. Si durante un día fuésemos capaces de descorchar nuestras encorchadas cabezas para observar, que no ver, cuanto nos rodea, podríamos apreciar, desde que nos levantamos de la cama (o del sofá, cada cual duerme donde más le place) hasta que volvemos a ella, una influencia artística, más o menos directa, en casi cualquier cosa. E incluso en ella, en pleno coma nocturno, podríamos ser partícipes de la intervención de lo artístico, más si cabe, pues el subconsciente hace lo que le da la gana.

Pero el arte, a pesar de su omnipresencia, no es ciencia, no es exacto. No es perfecto. Qué va. ¿Y qué lo es? Precisamente en su imperfección, en la capacidad que tiene para no satisfacer a todo el mundo, reside la cualidad que lo hace indudablemente único. Siempre cuestionable. Siempre en boca. Mi padre, que sin estudios artísticos pero con una capacidad innata para la observación y el análisis ha demostrado ser el crítico de arte más capaz de todos cuantos me he topado, me dijo en una ocasión, durante mi época de estudiante en Bellas Artes, que nadie debería recibir jamás la máxima calificación, pues ella está reservada a la perfección y tal cosa, en el arte, no existe. Gran consejo. Quizá algo falto de tacto teniendo en cuenta que me lo dijo la única vez que conseguí tal proeza. Pero gran consejo.

Otra cosa que sucede en el arte es que su lectura completa se pierde si no se tiene en cuenta su origen. Desvincular obra y artista, u obra y colectivo, hace que algunos hechos se queden por el camino, a menudo los más característicos e interesantes. Es más, muchas obras de arte han llegado a la cumbre no por su calidad sino por el personaje que las acompaña. Y no cito, que si empiezo no paro y la lista es interminable.

Como primer invitado en este blog había prometido a ciertas personas hablar de The Lighting Mind, que comienza hoy su andadura en ese camino que Hipócrates declara largo, y eso es algo que no sucede todos los días. Ruego me perdonen, pero se me calienta la tecla y desvarío con facilidad. Aún así, aunque no ha habido referencia directa, creo haber hablado, a través de algunos de los valores que nos transmite el arte, de una entidad que quiere dedicar su vida a ello. No bastará una sola, eso es cierto. Pero qué demonios, hay que intentarlo. Lo que sí quisiera recalcar es la importancia del artista ligado a la obra y la capacidad de esta neófita plataforma artística para girar en torno a tan relevante circunstancia, siendo su premisa la de hablar tanto del talento creativo como del individuo, o individuos, tras él. Siento no haberlo hecho mejor. Soy artista. No soy perfecto.