Gregory Crewdson, fotografía cinematográfica
Hoy cambiaremos un poco la temática del post: dejamos un tanto de lado la fotografía y nos pasamos al mundo del cine y el misterio.
Gregory Crewdson, norteamericano nacido en Brooklyn el año 1962, nos cuenta en varias entrevistas que la cuidada estética de sus imágenes proviene de su infancia: su padre era psicoanalista y de pequeño se dedicaba a escuchar detrás de la puerta. Si os paseáis por la imagen que os he puesto arriba, ¿no os da la sensación de estar detrás de ésta? Mirando por la ranura de la puerta, presenciando cada una de las escenas como un voyeur. Quizás estás a punto de presenciar un robo, o un asesinato. Quizás una abducción, quién sabe.
En cada frame observamos la potente iluminación de las superproducciones de Hollywood. Luz y atmósfera mágicas, se mire por donde se mire. Un predominio de nuestra preciada hora azul en su serie Twilight, que según el autor tiene el poder de convertir lo ordinario en algo mágico y sobrenatural. Por otro lado, un perfecto predominio de los tonos fríos que realzan ese halo de misterio.
Probablemente a alguno de vosotros ya se os haya pasado por la cabeza Edward Hopper, con el cual tiene un parecido razonable y, de hecho, él mismo lo reconoce como fuente de inspiración. ¿Sobre qué irá cada historia? ¿Tendrá algo que ver con el pintor? Vale, vale, ya os lo cuento.
Twilight, Gregory Crewdson
Después de introduciros un poco del artista de esta semana y de explicaros un poco su técnica, ¿me creeríais si os dijera que no es director de cine sino que es fotógrafo? Gregory Crewdson estudió Bellas Artes en la Universidad de Yale, y más adelante empezó con la fotografía en la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY).
Nos presenta fotografías de diferentes suburbios de Norteamérica, escenas cotidianas en las que no sabemos qué es lo que ha pasado antes ni qué pasará después. Tampoco sabemos quiénes son esas personas y qué relación hay entre ellas, qué es lo que están pensando o sintiendo para estar justo en ese preciso instante. No sabemos prácticamente nada y sin embargo nos atrapa, quieres conocer más aunque nunca llegues a saber la verdad.
Y así es como Crewdson hace que todo funcione, encontrándole el misterio a la vida cotidiana.
Twilight, Gregory Crewdson
Volviendo a la técnica, trabaja con cámaras de gran formato y, ya sé que os va a costar de creer, pero todo lo que veis es fruto del momento, quiero decir que no hay casi nada de edición posterior en Photoshop. ¡Alucinante! Suponemos que igual que el presupuesto que el fotógrafo debe de emplear para conseguir estos resultados. Merece la pena sin duda alguna; si dispones de él, claro.
Viendo su obra, se me hace difícil distinguir entre un director de fotografía y un fotógrafo. Como curiosidad os contaré también que Crewdson ni siquiera dispara la cámara para tomar la fotografía, sino que lo hace Daniel Karp. Sí, sí; después de imaginar cada escena y recrear a la perfección cada detalle de escenificación e iluminación, cuando ya lo tiene todo bajo control, deja que uno de sus ayudantes tome la fotografía.
Sus trabajos más reconocidos mundialmente son Twilight y Beneath Roses y hace relativamente poco lanzó una película/documental acerca de su trabajo. Seguro que merece la pena verlo y conocer a fondo su workflow. ¡A la lista de tareas pendientes que va! Pero de momento os dejo con el set de iluminación de la imagen que veréis un poco más adelante.
Set para Beneath the Roses, Gregory Crewdson
Y todavía no os he contado por qué lo escogí a él. Me parece una manera mágica de presentar una historia tal y como lo hace, dándote una multitud de detalles pero ninguna información en particular. Eres tú quien decide el rumbo de la historia. Igual que cuando estás en el autobús y empiezas a imaginar una historia detrás de esa pareja de ancianos que se sienta delante de ti, o esa chica que no para de mirar por la ventana y de morderse las uñas. Nos da pie a ser autores de esa propia historia inacabada.
Beneath the Roses, Gregory Crewdson
Esto es todo por hoy, un placer seguir una semana más con vosotros. ¡Que tengáis un buen día, tarde o noche, estéis dónde estéis!
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