Victoria Will trae de vuelta al ferrotipo
Los fotógrafos estamos muy acostumbrados a no soltar el botón de disparo hasta que nos sale el mensaje de “Memoria Llena”; total, ya se borrarán. Y si no te acaban de gustar siempre se puede cambiar todo en Photoshop, que para eso está. Que sigamos así día tras día puede que nos haga olvidar nuestros orígenes, esos procesos fotográficos que sólo te permitían una toma y sin margen de error. La artista de esta semana os encantará por uno de sus proyectos, algo muy poco habitual en los tiempos de hoy en día, ya que es una vuelta a la vieja escuela, y por la música de fondo, quizás.
Victoria Will, fotógrafa nacida en Washington y actualmente residiendo en Nueva York, empezó su carrera fotográfica profesional en el New York Post. Sus habilidades y su humor para crear imágenes la llevaron a convertirse en una fotógrafa comercial reconocida en Estados Unidos, llegando a trabajar para W Magazine y el New York Times. De entre su cartera de clientes nos encontramos a grandes marcas como Levi’s y Carhartt.
Pero este trabajo puede llegar a ser agotador, no tanto físicamente como mentalmente, y llegó el día en el que decidió dejar a un lado la cámara digital. Fueron exactamente los días del Sundance Film Festival. Como buena fotógrafa de celebridades, fue llamada durante tres años para retratar a los actores durante el festival, y el cuarto año decidió dar un giro de 180 grados: reemplazaría su cámara DSLR por una cámara Graflex Super D (buscadla, que no tiene desperdicio); y dejar a un lado los archivos TIFF, para recuperar la técnica fotográfica del siglo XIX: el ferrotipo.
Àstrid Bergès-Frisbey por Victoria Will
La artista quedó prendada de cuan crudo era el proceso. Vivimos en una época de retoques digitales, sobre todo en la industria de la moda y las celebridades, pero con el ferrotipo esta edición era imposible, estaba haciendo fotografías sin trampa ni cartón.
El proceso de creación de dichas fotografías, tal y como nos cuenta en una entrevista que Profoto le realizó, no es nada fácil. Los químicos pueden ser mortales, la exposición del ferrotipo es susceptible al tiempo y, en cualquier momento del proceso, cualquier variación puede suponer un gran cambio en el resultado final. Sumando que la ISO era de entre 0 y 1, lo que implicaba utilizar una gran cantidad de luz.
En la misma entrevista, la fotógrafa nos explicó brevemente el proceso para poder hacernos una pequeña idea de todo lo que había detrás. Como soporte necesitaríamos cualquier tipo de metal, por ejemplo el aluminio, usado por ella. Cubriríamos la superficie con colodión húmedo, que haría que el nitrato de plata se quedara pegado a ella. Es en este momento cuando el aluminio pasa a ser fotosensible. Mientras permanece húmedo, tienes que exponerlo y revelarlo. Para llevarlo a cabo tienes entre siete y ocho minutos, sin margen para errores.
William H. Macy por Victoria Will
¿No os parece alucinante? Cada retrato, a parte de una mirada fuerte y unos rasgos definidos, parece que contenga la propia alma del retratado. No estamos muy acostumbrados a verlos fotografiados de esta manera, sin mentiras, desnudándose delante de una cámara sabiendo que solo van a tener una oportunidad para dar lo mejor de ellos. No se puede negar una clara influencia del par de ases Irving Penn y Richard Avedon. Si tenéis ganas de conocer más acerca del proceso y de lo bien que se lo pasaron, no os perdáis el siguiente vídeo:
De alguna manera, Victoria nos recuerda de dónde venimos y nos anima a retomar la fotografía analógica con este pequeño consejo: “Cuando tengas que reponer tu creatividad, cambia de herramientas. Intenta reemplazar un bolígrafo por un pincel“. Y para acabar, si habéis visto el vídeo, quedaos con una de sus últimas frases: “El riesgo elevado conlleva una alta recompensa“. Armaos de paciencia y volved a coger vuestra cámara de carrete, algunos artistas como Ian Ruhter o Michael Shindler ya lo han hecho, y no les está yendo nada mal.
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