Florencia Magallanes

Desde Argentina llega hoy a nuestra convocatoria de arte la joven Florencia Magallanes, nacida en 1989 en Buenos Aires y residente durante toda su vida en Burzaco, una pequeña localidad del conurbano bonaerense, hasta que, en 2015, se mudó a Alicante, en España, donde actualmente reside y desde donde nos hace llegar su trabajo para mostrar al público esta semana en The Lighting Mind.

Si nos remontamos a sus inicios, cosa que siempre nos gusta saber, a la artista le resulta difícil identificar en qué momento empezó a interesarse por la actividad artística. Si bien el arte no era un tema presente en sí mismo en el seno de su familia, sus padres le enseñaron desde pequeña el valor de la creatividad y de la expresión, pilares fundamentales para su futura actividad como artista.

“Par de fuego”, de la serie “Parejas anónimas”

Su padre es una de esas figuras clave que forman parte de uno. Técnico electrónico, a la artista argentina le gustaba observarlo en su taller cuando era una niña, cosa que despertó en ella el gusto por la creación y el manejo de herramientas, fomentando de manera inconsciente su imaginación. De su madre heredó la sensibilidad por la comunicación y la fortaleza para decir en voz alta todo aquello que uno piensa. Ambos han influenciado en la construcción de su espíritu crítico, que fue desarrollándose paulatinamente durante su adolescencia.

Florencia Magallanes fue una joven inquieta y curiosa con amor por la música y el cine, los cuales conmovían y alimentaban sus días. Sentía muy cercanos sus ecos y le obsesionaban sus lenguajes. No se creía capaz de desarrollarse en aquellos campos, pero escribía y dibujaba con frecuencia aunque reconoce que rara vez creía que lo hacía bien.

“Bicefalia 9”, de la serie “Bicefalia”

La casualidad llamó un día a su puerta y se topó con la posibilidad de estudiar arte, por lo que, después de abandonar su primera experiencia universitaria, se encaminó hacia una pequeña escuela de artes de la que alguien le habló. Fue un impulso que no meditó demasiado.

Desde entonces y hasta el día de hoy, Florencia ha gestado su trabajo teniendo en cuenta dos puntos de partida, los cuales, tal y como nos cuenta ella misma, pueden o no encontrarse en algún momento. Por un lado encontramos el carácter más analógico o plástico de su trabajo, en el cual pone en dialogo todas las técnicas tradicionales que aprendió en sus años de formación; por otro, el digital, que desarrolla de manera completamente autodidacta.

“IngenuoIngenua”, de la serie “Parejas anónimas”

Le gusta trabajar con múltiples medios expresivos. En cuanto a las técnicas tradicionales, encuentra predilectas el dibujo a lápiz acompañado de color, tinta china y acuarela, aunque no cierra la puerta al amplio abanico existente. Para sus obras de carácter digital se vale de la fotografía, ya sea propia o ajena, y del dibujo con tableta en programas de edición de imagen.

Es una artista visual en constante crecimiento que no cree ni en estilos ni en definiciones. Considera que las etiquetas son sólo formas de aislamiento que encasillan queriendo aclarar cuando en realidad atacan la obra de arte. Dicho esto, hemos condensado al máximo lo que nos ofrece Florencia Magallanes, aunque nos quedan sus fuentes de inspiración, sus series de trabajos y otras tantas cosas que, a nuestro pesar, nos hemos dejado por el camino. Pronto volveremos con más cosas de la artista argentina, pero será en posteriores ediciones de la revista ATELIER, ¡estad atentos! Y, mientras tanto, ahí van los links a los espacios personales de la artista. Disfrutadlo.

www.florenciamagallanesart.com
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