Radoslav Kirilov
Como cada semana, el espacio de convocatoria de arte de The Lighting Mind nos brinda la posibilidad de conocer a artistas que trabajan bajo el yugo de cualquier disciplina y con un abanico de temáticas tan extenso como atractivo. Radoslav Kirilov, quien se considera a sí mismo un “pintor de animales”, llega con fuerza a nuestro blog para mostrar al público la obra que atesora las claves de un lenguaje y una estética particulares.
El artista nace en Pernik, ciudad ubicada al oeste de Bulgaria, en 1977. Adora su tierra natal, pero su inquietud le llevó a conocer otros lugares hace ya algún tiempo, y así fue como llegó a Zaragoza, la ciudad, afirma, más bonita del mundo, en la que ya lleva instalado siete años.
Desde que tiene memoria ha amado el arte y los animales. En su casa siempre había mascotas y desde una temprana edad despertó en él un insaciable interés por materializarlas sobre el papel. Estudió Diseño y moda y Cine de Animación y Publicidad en la ciudad de Sofía, y más tarde, ya en España, estudió Bellas Artes en la Facultad de Bellas Artes de Teruel y Grabado y técnicas de estampación en la Escuela de Arte de Zaragoza. Por si no fuera poco, ha realizado también algunos talleres con varios maestros.
Su fuente de inspiración, como ya es evidente, reside en el reino animal. Trata que todo su trabajo sea una exquisita galería donde la fábula cobre vida e interés. A través de las bestias, Radoslav Kirilov puede plasmar cualquier emoción humana, evidenciando la comparación entre animales y humanos.
En ocasiones, el artista búlgaro ofrece una visión un tanto ácida, recurriendo a sus criaturas para crear toda una sátira de la sociedad actual. Otras, simplemente pinta el alma del animal, dotándolo de humanidad. Ejemplo de ello es Humánimal, trabajo presentado en 2012 en el Patio de la Infanta de Zaragoza. Una serie de obras que, hasta hace poco, ha estado expuesta en La Basílica Galería de Barcelona, ejecutada a modo de crítica social a la manipulación de masas. Para pintar esta serie, partió de los retratos clásicos porque en ellos es posible encontrar toda opción de arquetipo, pues, según cuenta el propio artista, siguen siendo los mismos que antaño. A estos retratos clásicos se les incorpora una cabeza de ovino porque, desde su punto de vista, los humanos no somos más que un rebaño manejado y manipulado. Y para remarcar este hecho, añade a sus personajes elementos contemporáneos que influyen en nuestra educación actual y que nos hacen todavía más manejables. Y al igual que pinta a las víctimas manipuladas, también son objetivo de su pincel los verdugos manipuladores, fácilmente reconocibles por sus cabezas de buitre.
Las obras de Radoslav Kirilov han sido reconocidas en prestigiosos concursos, y su obra, que no cesa de crecer, es de excelencia digna de mención. Nos guardamos algunas de las particularidades de este artista para tratarlas en futuras ediciones de la revista ATELIER. Para que tengáis un buen martes repleto de arte, os dejamos con su web para que os deis un agradable paseo.
- Sandra De Jaume - 6 septiembre, 2017
- Rebeka Elizegi - 18 agosto, 2017
- Ana Beltrán Porcar - 6 julio, 2017
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