Valentina Robledo
Seguimos dando a conocer a creadores del mundo del arte. Hoy nos centramos en el trabajo de Valentina Robledo, nacida en Santiago de Chile en 1986. Aunque chilena de nacimiento, pasó sus primeros años en Italia, cerca de la ciudad de Padova, una época en la que recuerda haber vivido entre músicos y artistas. Puede ser, nos dice, que aquello influyese en su futuro.
Sus obras se sumergen en el concepto de la atmósfera, en el sentimiento que produce, y lo combina con la inclusión de la figura humana y otros accesorios que guardan estrecha relación. Su principal inspiración es el movimiento romántico, con el que se siente plenamente identificada. Además, siente un gran interés por la creación de un arte metafísico que hable de la liberación del espíritu.
La pintura es su técnica predilecta. Las atmósferas que puede lograr gracias a la plasticidad de la pintura, las diferentes densidades y el “hacer por hacer” le proporcionan la fuerza necesaria para desatar su creatividad. Según ella misma dice, es “la pasión de la pintura por la pintura”.

Ruina reloj
El interés por trabajar teniendo como referencia el romanticismo o problemas relacionados con él ha estado siempre presente en su trabajo, tanto a nivel de conceptual como en lo referente a la visión pictórica y gráfica. Existe una atracción porque hay identificación con el movimiento, como si los tópicos del romanticismo hablaran desde el “yo” y los múltiples temas que nos atraen en el paso de nuestras vidas. En este caso, la melancolía, la añoranza del pasado y el sentimiento de disconformidad con el presente juegan su baza. Todas estas partes se unen entre sí en la producción de Valentina Robledo, dando lugar a un mismo sentimiento, pues el romanticismo, tal y como la artista destaca, busca representar la realidad de una forma más emocional y no tan racional.
Como decíamos anteriormente, el ámbito de lo metafísico al que alude este movimiento, que tiene que ver con la liberación del espíritu sobre las pasiones humanas y del mundo sensible que está vinculado con el concepto de lo sublime, juega su papel. La artista chilena trabaja ese sentimiento que se captura desde el exterior al quitar la racionalidad, como una suerte de exacerbación del mundo sensible que produce una liberación del espíritu, de tal modo que la pasión y la realidad se conjugan en una armonía entre la pasión y la razón.

Ruina en ruinas (cables)
Del mismo modo, existe una identificación con la personalidad romántica, la del artista como ente solitario que trabaja mejor desde sí mismo que desde los temas o problemáticas que aparecen en la sociedad. “Incluso cuando algunos de los artistas románticos abordaban temas sociales, su mirada siempre tendía a inclinarse hacia la experiencia subjetiva”, dice la artista.
Le interesa expandir las posibilidades de la pintura. Recurre de nuevo al movimiento romántico para apropiarse de esa atracción por lo inacabado, imperfecto y abierto en oposición a la obra perfecta y cerrada en su forma, pues le interesa encontrar una manera de utilizar la materia consiguiendo que nos lleve a instalar en la superficie de la tela algo más sugerente; algo que, antes que describir, sugiera, dejando abierta la posibilidad de que un eventual espectador pueda recrear las sugerencias que ahí se muestran.
Podríamos hablar de Valentina Robledo y no parar. Su arte tiene algo que atrapa y embauca, y eso será algo en lo que seguiremos indagando en el futuro, en posteriores ediciones de la revista ATELIER. Con el fin de que esa espera no sea demasiado larga, os dejamos con los enlaces a sus espacios personales y con algunas imágenes más de su trabajo.
www.valentinarobledo.com
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Ruina en ruinas (azul)

Ruina Mano

Máscara
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