Truchos publicitarios: arte, creatividad y otros complots
Para la mayoría de las personas, la palabra trucho puede que no les diga absolutamente nada. En algunos países de Latinoamérica tiene un significado que está recogido por la RAE, y lo define como: “Adjetivo coloquial utilizado en Argentina y Uruguay de falso o fraudulento”. En el mundo publicitario, el trucho, además de ser un tema controvertido, es una pieza creada (en la mayoría de los casos) con el fin único de participar en los grandes festivales de publicidad.
A estas piezas publicitarias falsas o descartadas se las puede distinguir según su finalidad, y son:
- Trucho Descartado: Es una pieza entregada dentro del briefing y rechazada por el cliente.
- Trucho Ocurrente: Es una práctica creativa en la que se entrega a un cliente una pieza, generalmente de una forma aislada a la estrategia de comunicación.
- Trucho Ajeno: Es una pieza creada a una cuenta que no pertenece a la agencia.
- Trucho Conveniente: Son piezas creadas para clientes que no pueden pagar una campaña, pero sus productos son ideales para desarrollar ideas y fomentar el ejercicio creativo.
Sabiendo qué es un trucho y teniendo en cuenta que son solo piezas creativas, que no tienen ningún fin comercial ni publicitario, nace la disyuntiva.
¿Los truchos tienen algún beneficio en publicidad? Conociendo los dos puntos de vista, tanto de los defensores como detractores, quizás podemos llegar a una conclusión… quizás.
Los que están a favor de este tipo de piezas predican un argumento que se sustenta desde un punto de vista creativo. Los truchos han ayudado a que las ideas se potencien y no se queden guardadas en un cajón, es un ejercicio del equipo de creativos muy beneficioso que lleva a una evolución creativa y publicitaria. Muchas veces ideas brillantes terminan tiradas en la papelera por clientes tradicionalistas difíciles de convencer. Los que defienden que los truchos participen en festivales de publicidad argumentan que estos certámenes premian ideas, no las ventas de una marca. Esta es la única forma de demostrar todo el talento creativo que tiene una agencia, puesto que la mayoría de los clientes apuestan por campañas que no les signifique ningún riesgo.
En contrapartida está la posición de los que ven a los truchos como piezas dañinas, ya que en muchos casos no cuentan con un briefing que les delimite objetivos, carecen de una estrategia real y no cuentan con un presupuesto que los sustente. Lo que conlleva a que la publicidad pierda su esencia, la cual es convencer a través de ideas potentes valores de marca o ventas. Si un concepto publicitario es incapaz de venderse a sí mismo ante un cliente, más difícil será convencer al gran público al cual va dirigido el mensaje. En muchos festivales ya han prohibido la entrada en concurso de los truchos que no cuenten con la autorización de los clientes, argumentando que los premios son para agencias que presenten “trabajos reales para clientes reales”.
Existen algunas posiciones más tibias que defienden la entrada en concurso de “Truchos Descartados”, ya que éstos siguieron un briefing y contaban con una estrategia y unos objetivos que los respaldasen. Otros sugieren que en los festivales sigan premiando estas piezas, pero que cuenten con una categoría propia.
En todos estos entramados existe arte, secretos, mentiras, creatividad y complots.
A continuación, un menú degustación con los truchos más controvertidos.
Play Station 3 de BBDO Chile.
El festival de El Sol retiró los premios otorgados a esta campaña debido a que Sony quitó estas piezas por la polémica que suscitaron en su momento.
Amnistía Internacional de TBWA París.
Campaña presentada por la agencia y ganadora de un León de bronce, pero posteriormente retirado debido a que la organización nunca aprobó su publicación.
Ford Figo de JWT India.
Esta campaña fue filtrada por la misma agencia a través de redes sociales, pero Ford manifestó su indignación por estas piezas, y los responsables de su publicación dimitieron debido a la controversia causada.
WWF de DDB Brasil.
Este es uno de los truchos más famosos del mundo debido a su crudeza gráfica. Esta campaña nunca fue aprobada por WWF, pero aun así la agencia presentó la pieza al festival The One Show y, en consecuencia, los vetaron 5 años.
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