Obra Frida Kahlo

El artista, ¿nace o se hace?

Uno de los eternos debates en el mundo del arte respecto al artista es la cuestión de si éste nace o necesita formarse para desarrollarse plenamente. ¿Es todo cuestión de talento? ¿O puede cualquiera que estudie, con la suficiente constancia, convertirse en el nuevo Banksy?

Según las cientos de escuelas de arte y sus cada vez más prohibitivos precios, parece que el talento no es nada sin su adecuado marco teórico y práctico. Aunque también es cierto que algunas voces críticas destacan como inconveniente la constricción académica de este tipo de estudios. Lejos de incentivar la creatividad, pareciera que sólo un tipo de creatividad es válida, y todo lo que se salga de la norma será irremediablemente calificado como no aprobado. De ahí que el método academicista sea criticado precisamente por producir artistas en masa que siguen un mismo patrón, sin ninguna innovación.

A pesar de ello, las escuelas de arte se multiplican y la oferta de estudios es cada vez más amplia. ¿Significa eso que pasar por ellas es un paso inevitable para desarrollar todo el potencial artístico? Estos artistas parecen demostrar lo contrario.

Keith Haring

Obra Keith Haring

Keith Haring ante una de sus obras

Aunque quizás podríamos considerar a Haring fuera de esta categoría, ya que comenzó a estudiar arte en Pittsburgh, sí es cierto que acabó abandonando sus estudios tras dos semestres. Fue la desavenencia con la forma de evaluación de los profesores y el carácter comercial de los estudios los que hicieron que tomara esta decisión. Tras lo cual comenzó a formarse por su cuenta y, sobre todo, a participar en el arte callejero del por entonces prolífico Nueva York. Su obra es de clara influencia pop, inspirada en referencias que van desde la música y el arte plástico hasta los dibujos animados. Su activismo social también es reflejado en su producción, y los trazos claros y simples que caracterizan su iconografía han pasado a la posteridad, siendo uno de los artistas más reconocidos incluso después de su muerte.

 

Jean-Michel Basquiat

Obra de Basquiat

“Untitled (History of the Black People)”, de Basquiat

Basquiat es quizás el ejemplo más emblemático de aquellos que defienden que el artista nace, no se hace. Sin entrar en el debate de que esto sea aplicable a todo el mundo del arte, es cierto que Basquiat mostró desde una edad muy temprana indicios de ese talento que le llevaría a convertirse en un artista multifacético de fama mundial. Hijo de una artista puertorriqueña y de un contable haitiano, su madre comenzó a llevarle a museos de arte desde pequeño. Si bien es cierto que asistió a la escuela elemental, pronto abandonó los estudios, lo que hizo que su padre le echara de casa. Quizás fue vivir en la calle durante dos años e introducirse en el mundo del graffiti lo que le impulsó a empezar a pintar. Y, desde entonces, no se puede decir que le fuera mal. Pronto empezó a participar en exposiciones y, aunque tocó otras disciplinas (música y poesía, entre otras), fue siempre en la pintura donde más destacó. Llegó a colaborar con artistas de la categoría de Andy Warhol, y su fama alcanzó un nivel mundial. A pesar de su muerte con sólo 27 años, podemos afirmar que Basquiat fue uno de los artistas más prolíficos y más reconocidos de la historia reciente.

 

Ai Weiwei

Obra de Ai Weiwei

“Dropping a Han Dynasty Urn”, de Ai Weiwei

Probablemente uno de los artistas vivos más influyentes de los últimos tiempos. Con una infancia y una adolescencia marcadas por la represión china, de la que su familia fue víctima desde que él tenía un año, con 24 consiguió llegar a Estados Unidos, donde viviría por casi 12 años. Aunque la intención inicial al mudarse a América fue la de estudiar en la universidad, terminó dejándola y haciendo creaciones y fotografía por su cuenta. Su carrera empezó a despegar ya en Estados Unidos, aunque la enfermedad que sufría su padre le hizo volver a China. Desde entonces, su carrera artística no ha hecho más que crecer, no sólo en su país natal sino también fuera de sus fronteras.

De un fuerte carácter crítico con el gobierno chino, su producción artística es alabada en el resto del mundo y condenada en su propio país. En 2011 fue arrestado por unos meses, pero esto, lejos de detenerle, no hizo más que darle valor para seguir con su lucha a través de su arte. Duramente criticado a veces debido a la legión de ayudantes que asisten sus obras (muchas veces de gran envergadura), no por ello éstas tienen menos impacto a nivel mundial.

 

Frida Kahlo

Obra Frida Kahlo

“Pobre venadito”, de Frida Kahlo

No podíamos dejar de nombrar a Frida en esta lista. Aunque la artista mexicana sí que empezó a ir a una de las mejores escuelas en su país, no fue para estudiar arte sino ciencias naturales. No fue tras el terrible accidente que sufrió con sólo 18 años cuando empezó a interesarse por la pintura. Unos meses antes había empezado a copiar grabados en el taller de un amigo de su padre, aunque nunca mostró ningún interés artístico más allá de eso. Sin embargo, durante su larga convalecencia comenzó a desarrollar esta faceta, dedicándose especialmente a retratos y autorretratos.

Descrita normalmente con un carácter surrealista y expresionista, resulta difícil clasificar la obra de la mexicana. Su temática es variada y popular, pero siempre destaca ella misma como objeto principal de su obra. Casada durante largo tiempo con Diego de Rivera, es innegable la influencia que ambos ejercieron en el otro. A pesar de su trágica vida y de su temprana muerte a los 47 años, Frida es indudablemente una de las artistas que ha pasado a la historia del arte.

Clara Guzmán
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