Salvador Torres artista plástico

Soy artista pero no vendo

Mi nombre es Francisco Pellicer y, a pesar del título de éste artículo, no soy artista, ni galerista, ni marchante de arte, pero sí tengo conocimientos jurídicos e inquietudes comerciales y, por ello, investigo, estudio y analizo el mercado del arte para poder comprenderlo un poco mejor.

La razón de colaborar en este blog proviene de una tarde de invierno en que un artista me invitó a que visitara su taller y pudiera ver yo, así de primera mano, las esculturas que él mismo había creado y con las que estaba trabajando en ese momento. Tras cambiar impresiones, tuve curiosidad por saber si su actividad artística era su profesión principal o si, por el contrario, era complementaria de otro empleo que le reportara ingresos económicos suficientes con los que poder subsistir. Su respuesta fue contundente: “Soy artista pero no vendo nada”.

De su afirmación deduje que, efectivamente, la actividad artística era su único medio de vida y me aclaró que no podía dedicarse plenamente a “crear artísticamente” porque él mismo era el que llevaba a cabo todo el proceso de publicidad, promoción y venta de su propia obra porque no tenía ni galería ni marchante de arte que lo representara.

Además, me comentaba que estaba bastante preocupado porque había personas que aún le debían dinero de compras anteriores de sus obras, realizadas todas ellas verbalmente sin prueba documental alguna. Debido a sus escasos ingresos económicos, no podía costear los honorarios de abogados y, menos aún, poner en marcha toda la maquinaria judicial necesaria para reclamarlos. Estaba abatido.

Como consecuencia de la visita a este artista, me planteé algunas cuestiones. ¿Por qué unos pocos artistas y galeristas, llamados de “marca”, mueven todo el negocio del arte ganando cifras astronómicas y, sin embargo, el resto de artistas y galerías de arte apenas pueden subsistir? ¿En la actualidad hay más oferta que demanda de arte? O, siendo más pragmáticos, ¿hay demasiados artistas y pocos compradores?

Ello me llevó a investigar a otros artistas y comprobé -y lo sigo haciendo- que hay muchos de ellos que se encuentran en situaciones similares, es decir, además de centrarse en la creatividad artística, también dedican parte de su tiempo y esfuerzo a la gestión de la venta de sus obras, mermando, claro está, la dedicación a la producción artística.

Es por ello que me propongo poder compartir con todos vosotros mis conocimientos jurídicos y comerciales para poder descifrar el entramado económico, legal y empresarial del mercado del arte y poder desenvolvernos lo mejor posible dentro de él. Mi aportación a este blog va a tener como finalidad analizar, entre otras, las siguientes cuestiones que en algún momento puntual pueden acechar en el trabajo de todo artista.

 

Todas las fotos son cortesía del pintor Salvador Torres (http://salvadortorresvera.wix.com/obras).

Vestir, de la serie El Sastre Olvidado (Salvador Torres, 2007). Imagen por cortesía del artista.

 

Legislación aplicable al sector artístico

En el momento en que creamos una obra artística, corresponde a su autor la propiedad intelectual sobre esa obra por el simple hecho de ser su creador; pero, ¿qué es la ya tan nombrada “propiedad intelectual”?

Se crea o produce arte para ser exteriorizado, y debido al actual desarrollo creciente de las comunicaciones y la tecnología, la obra artística fluye fuera del ámbito estrictamente privado y familiar del artista y llega a ser contemplada de una manera rápida e inmediata por un gran número de personas en rincones de todo el mundo. Es por ello que veremos cómo hay derechos que seguimos teniendo como artistas sobre la obra creada, aun cuando la hayamos cedido a terceros incluso más allá de nuestras fronteras.

 

Gestión de colecciones privadas de obras de arte

Puesto que los coleccionistas pueden ser potenciales compradores de nuestra obra artística, vamos a investigar el fenómeno del coleccionismo privado desde una perspectiva histórica y actual. Así, repasaremos desde ejemplos más remotos, como los del empresario Lázaro Galdiano y el Marqués de Cerralbo cuyas colecciones han dado lugar hoy en día a museos que llevan su propio nombre, hasta ejemplos más presentes como los de María Josefa Huarte o Juan Abelló que han querido compartir sus colecciones privadas con el público general.

 

la foto ha de aparecer bajo este párrafo. Cortesia de Salvador Torres.

Entre retales, de la serie El Sastre Olvidado (Salvador Torres, 2007). Imagen por cortesía del artista

 

Promoción y difusión del arte

Hoy en día existen diversos canales de promoción, difusión y venta de arte, necesarios todos ellos para que la obra artística sea descubierta por el público general. Pero, ¿son todos realmente interesantes comercial y artísticamente? La galería Oliva Arauna cerró recientemente sus puertas y, en otro momento algo más lejano, lo hizo otra de las de toda la vida, la galería Juana Mordó.

Todos esos canales los vamos a agrupar en dos clases para analizarlos pormenorizadamente, que son Autogestión comercial, llevada a cabo por el propio artista, principalmente en internet, y Gestión comercial, llevada a cabo por terceros diferentes del propio artista y que engloba, entre otros, a galerías, casas de subastas, marchantes de arte, ferias y fundaciones culturales.

 

Debe aparecer bajo este parrafo. Cortesia de Salvador Torres

Pintura de Salvador Torres. Imagen por cortesía del artista

 

Compraventa de obras de arte

En la mayoría de los casos, la finalidad del artista es vender su obra a terceros, que pueden ser museos, galerías de arte, coleccionistas, instituciones, centros de arte, etc. Por ello, vamos a estudiar aspectos fundamentales de esta figura contractual tales como entrega de la obra, pago del precio, transporte, daños, desperfectos, problemas relativos a las características de la obra y seguros.

 

Autoría y autenticidad

¿Qué ocurre si plagian o falsifican nuestra creación artística sin nuestro consentimiento? ¿O si la transforman sin nuestra autorización? ¿Qué derechos como autor y creador se están vulnerando? ¿De qué vías judiciales y extrajudiciales disponemos para defendernos?

Progresivamente vamos a ir analizando las anteriores cuestiones para que cada cual vaya construyendo sus propias reflexiones acerca del complejo mundo del mercado del arte.

Francisco Pellicer

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