Daria Khoroshavina y el encanto en los detalles
Hemos soñado juntos con muchos sitios: Finlandia, el Atlántico Norte, América, Australia, el País de las Maravillas… Pero hoy me apetece que nos quedemos tomando un té en casa, junto a James Bay.
Tenemos, o tengo, la costumbre de no mirar mucho lo que nos rodea, siempre pensando en lo que queremos hacer en un futuro aquí o allá, y no en lo afortunados que somos por poder llevar un par de zapatos y de que el ascensor no se caiga del tercer piso mientras vamos en él, por decir algo.
Hoy os traigo una fotógrafa que ha pasado desapercibida por bastantes de nosotros, excepto por alguien, que dio en el clavo por cierto: Adobe, ni más ni menos. Debe ser todo un logro en este juego de la vida ser reconocido mundialmente por ellos. Pero no entraré en detalles antes de tiempo.
Daria Khoroshavina, de tan sólo veintiséis años y nacida en Moscú (Rusia). Profesora de inglés y japonés (sí, sí) y fotógrafa en sus ratos libres. Empezó haciendo fotografías a sus amigos y… ¡Sumamos una más a la lista de “personas que se dieron cuenta de que la fotografía era su pasión y decidieron dejarlo todo atrás para perseguir su sueño”! (Tendré que buscarle un nombre más corto).
Se inició en la fotografía de moda y no lo hizo nada mal, teniendo en cuenta que, tal y como os he comentado, le pidieron que participara en el mural de Creative Cloud el pasado año, después de formar parte de la conferencia Adobe Max Creative. Sus editoriales han sido publicadas en varias revistas on-line como Cat in Water, Practical Photography o Total Photoshop, entre otras.
A día de hoy afirma que no es que no haya escogido su especialidad todavía, sino que ha escogido tener muchas. “Creo que tener un talento no significa hacer sólo una cosa bien. Si tengo un talento, es el de hacer bien lo que quiero, la habilidad de aprender e inventar algo nuevo”.
Así pues, su inquietud y ganas de experimentar la llevaron a otro nivel: al de los cinemagraphs. Anna ya nos escribió sobre ellos en su momento, y sabíamos que daría que hablar.
Puede que una de las cosas más difíciles de la fotografía, o el arte en general, sea decir mucho en muy poco: “Ver un mundo en un grano de arena; decir mucho en una palabra, en una imagen, composición o color”, en palabras de la artista. Ahora veréis por qué os lo digo.
Si la buscáis por internet, en la mayoría de los casos os encontraréis con que hablan de dos proyectos destacados: We Are All Made of Stars (la fotografía anterior) y Kitchen Ghosts. Para el primero, con pintura que brilla en la oscuridad creó un universo en la piel humana; para el segundo, nos enseña la belleza de los pequeños instantes. Preparaos, que ahora viene lo bueno.
Junta a dos amigas, Daria y Olya Kolesnikova, fotógrafas, apasionadas de la comida y con mucho tiempo libre y ganas de aprender cosas nuevas, con una cámara y Photoshop, y el resultado será este: una serie de cinemagraphs de la recetas creadas por Olya. Se os hará la boca agua.
Y es que lo consigue. Consigue encontrar la belleza en los detalles más ínfimos, y encima nos enseña a cocinar, que a alguno de nosotros no nos iría mal. ¿Su truco? No rendirse nunca: “Cuando no estoy contenta con el resultado, empiezo de nuevo. Es lo más duro, pero es lo que más merece la pena”. Si esperabais algún truco técnico, no lo hay; si ella aprendió mediante tutoriales en internet, vosotros también podéis, ¡sacadle polvo a la pereza!
Para despedirnos, un consejo de Khoroshavina a los nuevos fotógrafos, y los no tan nuevos: “Nunca pares de aprender y buscar. Si sientes que ya sabes lo suficiente, entra en internet y mira todo lo que hacen los demás. Se te pasará ese sentimiento de golpe”.
Pero primero tomad un descanso de todo y disfrutad de las pequeñas cosas, porque quizás lo hemos estado haciendo mal todo este tiempo. Hacer que cada día cuente puede que no signifique vivir cada día al límite (que también), sino que sea aprovechar al máximo lo que nos rodea, disfrutar de cada milésima de segundo de aquello que es nuestro, de lo que tenemos en nuestras manos ahora.
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