Dina Belenko, con la comida sí se juega
En este mundo hay mesas para todo. La de amontonar sin ton ni son los papeles, bocetos y listas de cosas por hacer; la de trabajo, desde donde, por cierto, me aporreo la cabeza para ver qué os escribo; la de comer y la de quejarse sobre lo mala que está la comida; la de hablar mientras tomamos un café; la de soñar despiertos; la del anillo de compromiso en el pastel… Y así podría continuar hasta mañana. Este año, Ikea nos lo ha dejado claro en su spot, las cosas importantes pasan alrededor de la mesa, y de alguna manera va a ser el tema principal del día.
Dina Belenko, fotógrafa rusa nacida en Jabárovsk, no hizo mucho caso a sus padres cuando le decían lo de “Niña, con la comida no se juega”. Y de alguna manera, gracias a ello, se ha convertido en una artista de los pies a la cabeza.
Nos encontramos frente a la complejidad de la sencillez: colocar elementos en una mesa. Más de uno lo veríamos crudo (¡Amantes del desorden sin haberlo deseado, estoy con vosotros!), y más si quisiéramos que todo quedara en perfecta harmonía. El truco de Belenko, tal y como ella misma afirma, es darle una vida animada a los objetos inanimados, algo así como los creadores de Toy Story en versión comida.
En su obra nos encontramos con bodegones de composiciones fantásticas dignas de un estilista culinario, desde el universo en una mesa a objetos imposibles en un plato. En sus pequeñas escenificaciones, cada minúsculo elemento cuenta y forma parte de la función. Tiene también un buen dominio de la luz, tanto ambiental como artificial, que nos sitúa mejor en la historia que nos quiere contar. Por no hablar del toque de humor en cada fotografía, esencial en esta vida.
Uno de sus trabajos más conocidos es el que realizó para el Endless Book Project titulado “Outer Space and Cookies”, El espacio exterior y las galletas. Se dedicó a realizar una fotografía por cada semana del año (lo que vendría siendo un 52 Project). ¿La gracia del proyecto? Todas y cada una de las composiciones tenían que ir entrelazadas entre sí, de tal manera que se viera una continuidad. No es muy habitual encontrarse con una galaxia en una mesa, pero a ella la inspiración le vino del lugar más pequeño: una taza de café y la leche mezclándose en ella. El resultado es asombroso y divertido, creo que hasta daría pena comérselo.
Dina es una amante del retoque refinado, ese que no deja ver bien del todo cómo se ha hecho. Pero para eso está ella, para mostrárnoslo. ¿Cómo? Pues con el anhelado making of que nos facilita en perfil de Behance. Otra muestra de cómo uniendo pequeños elementos sencillos consigue un resultado complejo (y de lo generosa que es por compartirlo con nosotros).
En una de las pocas entrevistas concedidas por la fotógrafa, nos explica que se siente una exploradora en un mundo de inanimados objetos, una segunda David Livingstone. También como consejo nos da el de hacer algo nuevo cada día para adquirir nuevas experiencias e impresiones, y así mismo mantenernos inspirados. Así a voz de pronto se me ocurren un par de cosas, como hacer deporte o aprender a tocar la guitarra.
Dina Belenko, una pequeña cuentacuentos que nos ha demostrado una vez más que dentro de todo caos siempre existe un orden. Al fin y al cabo, quizás no es tan malo tener la mesa llena de pilas de papeles, puede que algún día vea aviones en ellas. O siempre puedo probar a derramar un vaso de leche encima de la mesa. Esperad que primero aparto el portátil…
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