Justice – “Woman”. El peso de la cruz

Mucho hemos tenido que esperar para poder escuchar Woman, lo último del segundo dúo francés de música electrónica con más éxito, Justice (solo superados por los señores con cascos de luces de colores de cuyo nombre no quiero acordarme).

Cinco años desde su anterior, Audio, Video, Disco y nueve desde † (Cross), el álbum debut que marcaría –y marcará– su carrera para siempre. Este primer ejercicio se ha convertido ya en uno de los mejores discos de la historia y cualquier trabajo posterior va a tener que hacer frente a las odiosas comparaciones.

Pero, salvando toda la presión puesta sobre ellos, Woman es un ejercicio de precisión en que Xavier y Gaspard vuelven a hacer lo que mejor saben, predicar su Electro-Rock.

Safe and Sound es la canción perfecta para abrir el disco con un ritmo progresivo y las voces corales que dan entrada a una de las líneas de bajo potentes marca de la casa y un ritmo setentero que cuadra perfectamente con Pleasure, que nos mantiene en un tono melódico y unas revoluciones bajas.

Alakazam! es el perfecto catalizador para una buena fiesta, la canción más enérgica de todo el disco y toda una invitación a la pista de baile, con un sonido que recordará a la gloriosa Genesis y que nos pone a tono para el mejor tramo de todo el álbum, que continua con Fire, un éxtasis de sonidos en los que sintetizador, guitarra y voz se combinan en un ritmo ochentero que, como sucede con una buena noche, no quieres que termine nunca. Este tramo del disco se cierra con Stop, con una letra en la que el dúo francés adopta un tono intimista hablando de sus luces y sombras, ‘So many times we rise and fall’, y en la que recuperan los coros infantiles como en su mayor éxito, D.A.N.C.E.

Music and lines
Rhythm and melodies
(Take us to the top)
So many nights
So many memories

El siguiente bloque viene precedido por el interludio de Chorus, un tema de corte más experimental y toda una catarsis de sonidos que nos conduce hasta Randy, el single del álbum y la canción que mejor representa todo el tono del disco. Un ritmo disco, melodía pegadiza, falsetto y una fantástica instrumentalización. Mención especial al videoclip oficial en el que Thomas Jumin realizó una instalación con 25 monitores trabajando al ritmo de la canción.

 

 

Ya por último nos encontramos con el último bloque, en el que el Heavy Metal pone la nota más electrónica con una canción sin intervención vocal, Love S.O.S, que lleva al límite las voces corales en el tema más tierno del disco, y Close Call cierra de manera perfecta el álbum con su particular homenaje a Pink Floyd y su Brain Damage.

En definitiva, estamos ante un disco que pese a sus luces y sombras es totalmente disfrutable. Si bien no es tan enérgico y rompedor como lo fue Cross, eso no nos impide gozar de la experiencia que nos brindan los buenos de Justice. Lo único que pido es que no tarden tanto como han tardado esta vez en sacar lo siguiente.

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Justice

Iván Moreno

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