Grupo de música The Last Shadow Puppets

The Last Shadow Puppets, volviendo al hábito

Una de las mejores noticias que tuvimos en la recta final de 2015 fue la confirmación oficial de la vuelta de The Last Shadow Puppets, el grupo creado por Alex Turner, cantante de los Arctic Monkeys, y Miles Kane, cantante y guitarrista en grupos como The Rascals o The Little Flames, aunque su éxito se debe sobre todo a su carrera en solitario.

Esta confirmación era algo que se esperaba como agua de mayo entre todos aquellos que quedamos cautivados por este proyecto en su primer y hasta ahora único disco en aquel lejano 2008, The Age of The Understatement.

Este disco, nacido de la compenetración de ambos cuando compartieron gira, es una obra cargada de letras intimistas en las que las voces de ambos cantantes se intercalan de manera coral creando una atmósfera muy personal en la que cobra especial importancia el trabajo de orquestación de Owen Pallett, quien contó con la London Metropolitan Orchestra en la grabación. En todas las canciones del disco podemos escuchar la incorporación de los sonidos afilados de cuerda que nos llevan a un viaje acústico que nos recordará irremediablemente a los arreglos orquestales grandilocuentes de las bandas sonoras de la saga Bond, combinado con las influencias reconocidas de Scott Walker o las primeras etapas de David Bowie (al que le dedicaron una versión de In Heat of the morning en una B-Side).

Desde el primer corte del disco (la canción homónima que da nombre al álbum) nos encontramos con una gran presencia orquestal, con una sección de cuerda chirriante que da paso a la percusión salvaje de ritmo galopante al puro estilo western de Ennio Morricone en la que se van incorporando las melodías rápidas de cuerda para dejar paso a la voz desgarradora de ambos cantantes, que entran al unísono, a chorro, en cada uno de los versos de la canción, en los que parecen dejarse el alma.

En las (sólo) 10 canciones que componen el LP hay espacio para la incorporación de distintas influencias y estilos, desde la psicodelia de Only the Truth al ritmo rápido y descarado del beatpop en I don’t like you anymore, pasando por la ternura en The Meeting Place o Time has come again.

Todo un ejercicio de estilo y clase que provoca la sensación de haber viajado atrás en el tiempo; un disco que, pese a contar con versión acústica, se disfruta mucho más en directo si es con una banda sinfónica detrás.

 

 

En cierto modo, The Last Shadow Puppets se mueve en la misma idea de lo que comentamos en Mini Mansions. Cuando se juntan músicos con talento en un mismo proyecto y se liberan de esa presión del éxito se da rienda suelta a la creatividad total y a la experimentación con estilos y sonidos distintos a los que nos tienen acostumbrados. Si en este caso sumas que en el proyecto se encuentra presente la figura más emblemática del indie rock británico como es Alex Turner y el polivalente Miles Kane, que ha revitalizado el britpop incorporando sonidos provenientes del beatpop y el glam rock, sólo podemos esperar algo de una grandísima calidad.

Volviendo al presente, de momento ya tenemos el primer adelanto de su segundo disco, cuyo lanzamiento está previsto para esta misma primavera.

Por lo que hemos podido ver en los vídeos e imágenes promocionales que han ido lanzando, el grupo ha sufrido una evolución en la que han sacado su lado más macarra, pasando de una imagen de jovencitos tiernos a seductores “buscaproblemas” de barrio.

 

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The Last Shadow Puppets

 

Esto también se traduce en un cambio en su estilo musical, aunque con sólo un adelanto es todavía pronto para saber si se trata de un giro completo o un coqueteo con otros estilos.

Bad Habits, este primer single, comienza con una línea de bajo potente y resultona en la que se comienzan a escuchar gritos y sonidos de violín punzantes y estridentes al puro estilo de película de terror, que irán apareciendo durante los 3 minutos de canción combinando con sonidos de viento y piano. Es Kane quien toma aquí las riendas como vocalista en un registro mucho más agresivo al que nos tenía acostumbrados en el primer disco y en el que incorpora numerosos gritos que nos sumergen en una atmósfera psicodélica para introducir una letra marcada por las referencias sexuales.

She wanna hold hands
Should we go back down?
She wanna slow dance

Todo apunta a que este segundo LP de la banda se moverá en un registro mucho más oscuro, experimentando mucho más con la psicodelia y dejando atrás la ternura y la etiqueta de chicos buenos para ofrecernos una obra mucho más madura, siguiendo la línea del último disco de los Arctic Monkeys.  Está claro que esto originará seguidores y detractores, pero lo que está claro es que estaremos ante un disco único.

 

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The Last Shadow Puppets

 

Iván Moreno

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