“Las Meninas”, magnum opus de Velázquez
A día de hoy, es de consenso general que Diego Velázquez es uno de los más grandes pintores que ha habido en la historia del arte. Hace poco me pasó que estaba en el Museo del Prado con una chica e insistió mucho en ir a ver los cuadros del pintor andaluz detenidamente, por lo que yo, por mí, encantado. Le fui dando detalles y contando anécdotas y las distintas interpretaciones de las pinturas más famosas del pintor, especialmente del cuadro de “Las Meninas” (o La Familia de Felipe IV), el cual considero el magnum opus u obra maestra del pintor sevillano.
En primer lugar, hacer un breve repaso de los personajes que aparecen en el cuadro. En el primer plano podemos ver a la infanta Margarita en el centro, junto con sus sirvientas (las meninas); a su derecha, tenemos a una enana y a un enano, este último jugando con el perro, y detrás de estos, en la penumbra, podemos ver a otra sirvienta mayor y al guardadamas; a su izquierda, tenemos a un Velázquez que se autorretrata con paleta y pincel en mano. En el fondo de la estancia se puede ver a José Nieto, el aposentador de la reina, sin que se pueda saber si está entrando o saliendo de la estancia por su postura. También podemos observar en el espejo del fondo el reflejo de los reyes Felipe IV y Mariana de Austria.
En segundo lugar, los detalles en referencia a la estancia. Según los historiadores, se trata de la Sala del Príncipe, del destruido Alcázar de los Reyes de Madrid, que fue la residencia real hasta su incendio en 1734 (según la leyenda fue incendiado por el rey Felipe V para construirse un palacio nuevo). Debido a este incendio, dicen que el cuadro de “Las Meninas” se salvó del fuego al ser arrojado por una ventana. Siguiendo con la estancia, se pueden apreciar en la oscuridad de las paredes copias de cuadros de Pedro Pablo Rubens de temática mitológica, además de varias ventanas, de especial importancia la situada justo por encima de los enanos, ya que ilumina y lleva el foco de atención del espectador a la infanta Margarita.
Cabe destacar el hecho de que Velázquez use efectos aéreos que propician la difuminación de los rostros, especialmente del aposentador al fondo. De hecho, es tal la maestría del recurso artístico que, en una ocasión, Salvador Dalí visitó el Museo del Prado y le preguntaron qué hubiese salvado en caso de un incendio en el museo. Dalí respondió “el aire de ‘Las Meninas'”.
Entre las interpretaciones del cuadro, es bastante discutible, aunque se podría dar por hecho, que corresponde a una escena de la corte. Aún así, existen dos tendencias; la primera viene a decir que Velázquez se halla pintando a la infanta Margarita y los reyes se presentan para ver cómo trabaja el artista; la segunda viene a ser lo contrario, Velázquez se halla pintando a los reyes, que se ven reflejados de frente en el espejo y es la infanta Margarita junto con sus meninas y resto de sirvientes quien se acerca a ver trabajar al andaluz. En mi opinión, me parece más acertada esta segunda interpretación.
Desde mi punto de vista, se habla mucho de la mirada de la Gioconda de Da Vinci, pero no se queda atrás la mirada de algunos de los personajes de “Las Meninas” hacia el lugar que Velázquez se encuentra pintando, el cual se ha de suponer que es donde se halla el espectador del cuadro. Esto es especialmente destacable en la mirada de Margarita.
Desde el punto de vista de la simbología, “Las Meninas” se trata de un cuadro muy interesante, ya que si unimos las cabezas de los personajes de la izquierda del cuadro junto con las manchas de los cuadros del fondo forman un círculo, que históricamente ha sido el símbolo de la perfección, y en cuyo interior se encuentra el espejo con la imagen de los reyes, asimilando así la monarquía a la perfección.
Pero eso no es todo. Velázquez era un gran aficionado a la astrología y poseía numerosos libros de la materia y varios anteojos para ver las estrellas. Por ello, se sostiene, entre otras teorías, que si unes los corazones (o las cabezas) de los principales personajes del cuadro mediante líneas imaginarias encuentras la constelación de Corona Borealis, cuya estrella central es conocida como Margarita.
Para terminar, existe otro gran misterio que rodea a “Las Meninas”: la Cruz de la Orden de Santiago que tiene Velázquez en el pecho. En la época en la que pintó el cuadro, el pintor no tenía el privilegio de pertenecer a dicha Orden. De ahí surgen dos teorías; una es que Velázquez la pintó en 1659, el mismo año que entró en la Orden y justo un año antes de morir, y la otra es que, según Palomino, pintor y escritor de la época, el mismísimo rey Felipe IV se la pintó en el pecho de forma póstuma al pintor.
Si te ha gustado la entrada no dejes de leer el blog de The Lighting Mind ni de visitar el Museo del Prado, y, si queréis aprender más cositas del cuadro de Velázquez, podéis ver el siguiente vídeo.
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