Gerardo Nigenda, fotografía desde el tacto

La vida está llena de primeras veces, ya sean malas o buenas. Por ejemplo, cuando miras a esa persona por primera vez o la primera vez que pisas la nieve. A menudo, para recordar esos momentos no nos hacen falta imágenes, sino recobrar las emociones que sentimos en esos momentos. ¿Cuántas veces hemos cerrado los ojos para recordarlo, para oír el rubor del mar o su sonrisa al despertar? El fotógrafo de esta semana creía firmemente que no era necesario ver para crear imágenes, porque estas no nacen necesariamente con la vista. 

Gerardo Nigenda (1967-2010) nació en Méjico y se estableció en Oaxaca. Se inició en la fotografía en un momento poco habitual, el año 1999, siete años después de perder por completo la visión y proponiendo así el sentido del tacto como una nueva manera de mirar.

¿Y cómo aprendió? Le pidió a una conocida que le enseñara a fotografiar, tan sencillo como eso, y empezó a inmortalizar su entorno más cercano, como su casa y su trabajo. Él se imaginaba una línea imaginaria en el horizonte y por lo que podía palpar iba decidiendo el encuadre.

 

Gerardo Nigenda fotografía

Contactos Sublimes, Gerardo Nigenda

 

Para otros artistas es fácil encontrar referentes en los cuales poder basar su obra, pero Nigenda es diferente, nunca ha tenido una influencia visual de ningún otro fotógrafo. Por ello no sigue ningún estereotipo visual ni sigue ninguna ley de composición, como la de los tres tercios. A su estilo propio se le suma que el fotógrafo no le da ninguna importancia ni a la técnica ni al enfoque, ni mucho menos al diafragma ni a la velocidad de obturación. Nigenda afirma que “Lo importante es comunicar algo, y para ello no es necesario ninguna técnica”. 

Sus inicios fueron de la mano de la documentación de la vida de otro amigo con problemas visuales, relatando el abandono del hogar y todo lo que ello conllevaba. Más adelante pasó a retratar a gente de su entorno, personas que en su mayoría había conocido después de perder la vista. 

Su obra ya ha sido expuesta en múltiples países como México, España, Estados Unidos, Rusia o Ecuador. Además, ha colaborado en la realización de un cortometraje de Alberto Reséndiz, llamado “Susurros de luz”, que trata su propia experiencia, e incluso llegó a impartir cursos de fotografía para gente invidente.

 

Gerardo Nigenda Fotografía

Contactos Sublimes, Gerardo Nigenda

 

Empezó a fotografiar todo lo que experimentaba, olía, tocaba, escuchaba… Vivencias y memorias que para él eran sus negativos, que se encontraban en su mente, y mediante la fotografía los positivaba. Y de ahí surgió otra de las peculiaridades de su obra: textos en braille añadidos sobre la imagen que describían lo que sucedía en ese momento. Podía ser tanto una descripción objetiva de los detalles y colores de la escena, como una breve explicación de las emociones vividas en ese instante.

Al principio la situación de este texto era meramente aleatoria, pero a llegó a situar cada palabra estratégicamente en la imagen para que ésta también tuviera un sentido. Un buen ejemplo de ello es la serie de fotografías que lleva por nombre “Desnudos”: imágenes que tratan sobre la reflexión del tacto como manera de mirar, sobre las sensaciones de dos personas que se tocan pero no se pueden ver.

 

Gerardo Nigenda Fotografía

Desnudos, Gerardo Nigenda

 

Con Nigenda, la fotografía pasó de ser una imagen a ser una sensación o una emoción, ganando importancia la parte emocional frente a la visual. En palabras del artista: “Te tienes que revolcar con la imagen. Tienes que tocar, oler, lamer si se necesita, para que puedas ir construyendo una imagen”.

Tenemos cinco sentidos y con la fotografía tendemos a explotar tan sólo uno, el de la vista. Os propongo como ejercicio cerrar los ojos antes de tomar la imagen y oler el mar, tocar su rostro, escuchar el romper de las olas y saborear su sonrisa. Tendréis otra manera de recordar ese inmortalizado momento y os removerá por dentro.

 

Fotografía Gerardo Nigenda

Desnudos, Gerardo Nigenda

(Parte de la información ha sido extraída de la entrevista que Joanne Trujillo realizó al fotógrafo Gerardo Nigenda).
Tamara Álvarez López
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