El Libro de los muertos

El Libro de los muertos es un conjunto de textos ilustrados unidos en rollos de papiro que se solía colocar en las tumbas durante el Imperio Nuevo. Primero comenzaron a incluirlo los faraones y personalidades importantes de la sociedad egipcia, pero con el tiempo llegaron a producirse en serie y se incluyeron en muchas tumbas. Se trataba de una colección de fórmulas mágicas que ayudaban al «Ka» o espíritu del difunto a orientarse por las 12 regiones de la «Duat», el inframundo de la mitología egipcia. Le ayudaban a enfrentarse a las dificultades que se le fueran presentando durante el viaje y a reconocer a los dioses que le pudieran ser favorables, con el objetivo de llegar por fin al Reino de Osiris, llamado «Aaru».

 

Papiro de Hunefer, Dinastía XIX. Ceremonias a la entrada de la tumba el dia del enterramiento.

Papiro de Hunefer, Dinastía XIX, hacia 1280 a. C. Ceremonias a la entrada de la tumba el dia del enterramiento.

 

Su origen está en los conocidos como “Textos de las Pirámides” del Imperio Antiguo, que evolucionaron a lo que se ha llamado “Textos de los Sarcófagos” del Imperio Medio, que a su vez evolucionaron para convertirse en los Libros de los muertos del Imperio Nuevo. Los egipcios llamaban a este documento “Libro para salir al día”, ya que entendían la muerte como un renacimiento. Se cree que el título por el que los conocemos en la actualidad se lo puso Karl Richard Lepsius, traductor y egiptólogo alemán, primer traductor de un manuscrito completo del Libro de los muertos al que tituló de esta forma.

 

Papiro de Ani, Dinastía XIX. Ani ante Osiris, Neftis e Isis.

Papiro de Ani, Dinastía XIX, hacia 1250 a. C. Ani ante Osiris, Neftis e Isis, con una serie de ofrendas.

 

En el Libro de los muertos, texto e imagen iban de la mano. Tanto la escritura jeroglífica como la hierática se acompañaban de dibujos que ilustraban las escenas importantes que narraba el texto y que presentaban las imágenes de los dioses para que fueran perfectamente reconocibles por el difunto. Además, en muchos casos los textos e imágenes del Libro de los muertos se reproducían en las paredes de las tumbas y en los sarcófagos. El ejemplar mejor conservado y más completo es el llamado Papiro de Ani, que fue encargado por un escriba con ese nombre que debió morir hacia el año 1250 a. C. El papiro extendido mide 23’6 metros y se sabe que fue realizado por tres escribas diferentes, pero un solo artista se encargó de los dibujos. Otros ejemplares importantes del Libro de los muertos son el Papiro de Hunefer, el de Un o el de Ja.

 

Papiro de Ani, Dinastía XIX.

Papiro de Ani, Dinastía XIX, hacia 1250 a. C. En la parte superior vemos un grupo de plañideras y varios personajes cargando ofrendas.

 

El contenido del Libro de los muertos es muy variado. Se conocen un total de 192 capítulos diferentes que se ordenan de distinta forma según cada ejemplar. Se suceden escenas de donación de ofrendas, ceremonias fúnebres, glorificación del difunto, himnos al sol y alabanzas a los dioses y oraciones, entre otras muchas. Pero el capítulo más importante es el “Juicio de Osiris” o el “pesaje del corazón”, lo que los antiguos griegos tradujeron como «Psicostasis» o “pesaje de alma”. Este momento es el más importante y trascendental en el viaje del difunto por la «Duat». Anubis (dios de los muertos) le conduce hasta el juicio, allí le extrae mágicamente el «Ib» o corazón (que representa su conciencia, cargada de buenas o malas acciones) y lo coloca en uno de los platos de una balanza; en el otro plato se coloca la pluma de Maat (diosa de la justicia universal y la verdad). Anubis vigila que el juicio sea justo mientras Thoth (dios de la sabiduría y la escritura) registra todo por escrito.

 

Papiro de Hunefer, Dinastía XIX. Juicio de Osiris.

Papiro de Hunefer, Dinastía XIX, hacia 1280 a. C. Juicio de Osiris. Vemos el jurado de dioses en la parte superior, Anubis con cabeza de chacal, el monstruo Ammit en el centro, Thoth con cabeza de ibis y en la parte derecha Osiris en su trono.

 

En ese momento se producen las “confesiones negativas”, que consisten en que un jurado de 42 dioses realiza al difunto una serie de preguntas sobre sus malas acciones a las que este debe responder negativamente. Las malas acciones van aumentando el peso del corazón y si el juicio resultara desfavorable, este sería arrojado a Ammit (un monstruo hibrido con cabeza de cocodrilo, melena y brazos de león y cuartos traseros de hipopótamo) para que lo devorase, y sin él nunca podría llegar al reino de Osiris. Si, por el contrario, el corazón fuera más ligero que la pluma, es decir, estuviera libre de culpas, Osiris (dios del inframundo) permitiría al difunto continuar su peligroso viaje por el más allá hasta alcanzar los fértiles campos de «Aaru» para vivir para siempre junto a los dioses. El Reino de Osiris se representa con una imagen de Osiris en su trono junto con Isis y Neftis.

Lucía Ramos Martín
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