Top 10 de asesinos en el Arte o bocadillos de tocino y velocidad
Confieso, me hipnotiza ese programa de Crímenes Imperfectos. Versión americana o australiana, da lo mismo. Hace unos años solía plantarme delante de la tele y aprovechaba los múltiples capítulos para doblar la ropa y menear mucho la cabeza en sentido negativo cuando veía que los asesinos se habían dejado alguna pista en el lugar de los hechos: un pelo, fibras, la ropa con restos, una huella parcial. Hay que ser imbécil, me decía, matar a alguien y que te pillen por cansarte de la limpieza.
Lo que me absorbía más de ese programa era el ritmo indiscutible del conjunto de capítulos: la representación de los malhechores, esos planos cortos en blanco y negro a cámara lenta, los sheriffs de turno recordando las horas incontables de trabajo, los cortes para publicidad y la recapitulación del estado del caso cada diez minutos, los conocidos o incluso los sospechosos iniciales sentados en una silla incómoda y hablando del susodicho. “Buen empresario, magnífico amigo, amantísimo progenitor y amante hasta que se le cruzó un cable, o el cable se le cruzó además de todo ello”. ¿Sabéis, no? Cada capítulo tenía exactamente la misma estructura milimetrada, lo que me alejaba del hecho real y me permitía comerme un bocadillo de tocino y velocidad a media mañana delante del espectáculo.
Si ese programa funciona, es gracias a los miles de personas fascinadas por el morbo. Y de ahí, unas cuantas que sienten fijación por los detalles de las muertes horribles; y con un poco de dinero y tiempo padecen, diríamos, de Murderabilia. El término no es nuevo ni mío. ¿Majadería? ¡Protesto, señoría! Resulta que si prestamos atención al artículo del testigo Salvador Carbonell-Bustos, que ya declaró por escrito en Arte, ¿cuánto vale?, habremos entendido que nada tiene que ver el aval de la supuesta calidad del Arte con su cotización en el Mercado. Llegamos así al fenómeno de la comercialización en subastas de todo tipo de objetos relacionados con crímenes de los más terroríficos asesinos en serie; entre ellos, las creaciones que algunos hacen en los centros penitenciarios. Y no es raro que el dibujo o la pintura sean los medios de expresión de estas mentes perversas ni que sean fetiche para muchos obsesionados por entender el funcionamiento de mentes psicópatas.
La Defensa alega un top 10 de Asesinos en el Arte:
10. Richard Dadd
Fue El Bosco del mundo penitenciario en el siglo XIX y uno de los primeros asesinos pintores, que cometió parricidio en 1842.
9. Los gemelos Kray
Uno diría que pertenecen al Expresionismo Alemán, pero son la representación del crimen organizado de Inglaterra en los 50 y 60. Una de sus obras alcanzó en subasta las 15.000 libras; una suma que muchos de los artistas que conozco solo ganan al año, y eso si les va bien.
8. Keith Hunter Jespersson
Mandaba dibujitos de patitos felices a los medios de comunicación para admitir la autoría de los ocho crímenes que cometió durante los años 90, lo que le hizo ganarse el sobrenombre de “el Asesino de la Cara Feliz”. Sus animalitos derivaron a bebés deformes que horrorizan.
7. John Wayne Gacy
Supera las 24 muertes de menores, por lo que fue juzgado y finalmente ejecutado en 1994. Durante sus catorce años de cautiverio, pintó innumerables cuadros terroríficos, muchos de ellos protagonizados por su payaso y alter ego Pogo (llamadme loca, pero yo veo algo que me recuerda a Manet), y que, tras su muerte, siguen cotizando alto en las subastas de objetos y arte de asesinos que tanto les pirran a algunos.
6. Charles Manson
Archiconocido psicópata, además de rasgar la guitarra, le da al pincel. Envió directamente algunas de sus pinturas al quizás más famoso coleccionista de Murderabilia William Harder.
5. Wayne Lo
Utiliza el bordado. Sí, lectores, el bordado, esa técnica atribuida a la paciencia, a lo dulce y a lo femenino durante siglos, para modificar fotografías. En 1992 entró en su instituto y produjo una masacre. Vende sus obras a través de internet y dona los fondos a una Fundación que otorga becas a estudiantes.
4. Charles Bronson
Uno de los psicópatas más famosos para los británicos, ilustra y dedica sus creaciones con pequeños poemas desde hace décadas, plagados de simbolismo, mecanizándose a sí mismo y representando sus experiencias en prisión. Contrastan sus monstruos entre barrotes rodeados de cámaras de vigilancia con sus cuidadosas degradaciones a lápiz y coloraciones más tipicas de mapas en época escolar primaria que de un asesino en serie.
3. Arthur Shawcross
¿Quién se atreve a editar un libro de paisajes para colorear al estilo de los de mandalas? Relax y concentración asegurados. Juzgado por 14 asesinatos.
2. Danny Rolling
Confesó haber matado a 8 personas en Estados Unidos, y esperando su propia muerte se puso a dibujar en el pasillo. Apunto a posibles tatuajes de pirados en tinta negra plagados de simbolismo del Hades.
1. Henry Lee Lucas
Se estima que participó en al menos 350 asesinatos, de los cuales fue juzgado por once y hallado culpable de ellos, aunque él jamás se cansó de repetir que no era un asesino en serie. Sus diferentes obras llegan a tener una cualidad de fascinación y horror directos a aquél que las mire, en particular en sus retratos.
¿Qué? ¿Estoy pirada? Pues si os queda cuerpo podéis echar un vistazo a una de las varias webs dedicadas al estudio y crítica del Arte relacionado exclusivamente con las creaciones de psicópatas e inspirados por ellos. Tocino y velocidad servidos. No hay más preguntas, senoría. La Defensa se retira.
- Top 10 de asesinos en el Arte o bocadillos de tocino y velocidad - 16 febrero, 2016
- Pollock en domingo - 14 abril, 2015
- El circo en la piel - 16 febrero, 2015
Muy interesante. Te felicito.